INTRODUCCIÓN:
El
tratamiento con tiopurinas puede optimizarse determinando la concentración de
sus metabolitos.
PACIENTES Y
MÉTODOS:
Análisis retrospectivo sobre una base de datos prospectiva, con inclusión de 31
pacientes con
enfermedad inflamatoria intestinal en
tratamiento con tiopurinas, que presentaban respuesta insuficiente. Se determinaron los metabolitos de tiopurinas en
plasma (
6-tioguanina, 6-TGN y 6-metilmercaptopurina, 6-
MMP) por
cromatografía líquida de alta
eficacia (
Laboratorios Cerba, Barcelona) ajustando el
tratamiento de acuerdo a resultados. Tras 6 meses se reevaluó la respuesta clínica.
RESULTADO:
A
pesar de la
dosis adecuada teórica de tiopurinas un 45,6% de los
pacientes estaba infradosificado (sospechándose falta de
adhesión al tratamiento en un 6,45% del total) y un 16,2% sobredosificado o metabolizaba por
ruta metabólica alternativa. Tras ajustar a partir de niveles de metabolitos, solo el 25,8% (8/31) requirió biológico, mientras que el 74,2% de los
casos (23/31) se manejó mediante
optimización.
DISCUSIÓN:
La
monitorización del
tratamiento con tiopurinas mediante
determinación de
sus metabolitos puede ser utilizada para valorar
pacientes no respondedores, antes de sustituir o complementar dichos
fármacos con otros alternativos (biológicos, por lo general), con los consiguientes aumentos de
toxicidad potencial y coste. Se puede rescatar a
pacientes infradosificados, identificar aquellos que presentan una desviación en la
ruta metabólica en los que se podría plantear una
terapia con
dosis bajas de AZA asociada a
alopurinol, o aquellos en los que los datos sugieran falta de
adhesión al tratamiento. En 3 de cada 4
pacientes puede evitarse la escalada a biológico
INTRODUCTION:
Thiopurine
therapy can be optimised by determining the concentration of the
drug's metabolites.
PATIENTS AND
METHODS:
Retrospective
analysis on a prospective database of 31
patients with
inflammatory bowel disease who failed
therapy with thiopurines. Thiopurine metabolites (
6-thioguanine, 6-TGN and 6-methylmercaptopurine, 6-
MMP) were measured by
high-performance liquid chromatography (Laboratorios Cerba, Barcelona) and
treatment was duly adjusted in accordance with the results. Clinical response was reassessed after six months.
RESULT:
Despite the appropriate theoretical
dose of thiopurines being administered, the
dose was insufficient in 45.6% of
patients (nonadherence to
treatment suspected in 6.45%) and 16.2% received an excessive
dose or the
drug was metabolised by other
metabolic pathways.
After treatment was optimised based on metabolite levels, only 25.8% (8/31) were prescribed a
biological agent, while 74.2% of cases (23/31) were managed through
dose optimisation alone.
DISCUSSION:
Monitoring thiopurine metabolite levels may help clinicians to assess non-responsive
patients before adding or switching to another
drug (generally a
biological agent), thereby avoiding any additional
costs or potential
toxicity. This strategy may also help to identify
patients receiving an insufficient
dose and those with an alternative
metabolic pathway,
who could be candidates for low-
dose AZA with
allopurinol, as well as
patients who are suspected of being non-adherent. In three out of four
patients, switching to a
biological agent can be avoided